Después de una última semana de curso intensa y cargada de emociones, toca el momento de despedirse... ¡y qué duras son las despedidas!. Como ya os dijimos en el acto de graduación:
Hace tres
años comenzábamos juntos este camino; un camino que empezaba con nervios e
incertidumbre y algún que otro lloro. Poco a poco, los nervios desaparecieron y
los llantos se tornaron en sonrisas.
Queremos
agradeceros el haber confiado en nosotras a pesar de esos comienzos un poco
difíciles, pero sobre todo, el haber sido siempre nuestros cómplices y nuestro
apoyo para cualquiera de nuestras iniciativas. Nos hemos sentido siempre muy
arropadas y acompañadas y esto ha hecho nuestra labor mucho más sencilla:
gracias de nuevo.
Y ahora
es el momento de nuestros niños y niñas (porque un poco nuestros también son) y
aunque cambien de ciclo y ya se sientan mayores sabrán que aquí siempre
estaremos para recibirlos con todo el cariño del mundo. Ha sido un privilegio
verlos crecer, disfrutar con ellos cada uno de sus logros y compartir tantos y
tantos momentos que quedarán para siempre en nuestra memoria y nuestros
corazones.
